twitter
    Find out what I'm doing, Follow Me :)

Características Morfoestructurales


A continuación se establecerá una clasificación de las principales morfoestructuras:

Levantamientos persistentes del basamento cristalino
Bajo este concepto se designan a todas las formas morfoestructurales positivas, sobreelevadas sobre el fondo de la depresión que las margina. Su formación es el resultado de una tectónica principalmente compresiva, morfológicamente expresada por un significativo rechazo vertical que afectó a rocas del basamento cristalino, cuya cobertura sedimentaria meso-cenozoica tiene un espesor relativamente reducido o ha sido erosionada. Se han diferenciado:

Unidad morfoestructural La Pampilla: Constituye una unidad sobreelevada, de configuración rectangular en planta con su eje mayor dispuesto en sentido norte-sur, integrada por rocas graníticas y metamórficas, a las que se le agregan, únicamente en el sector cumbral, afloramientos saltuarios de sedimentos continentales mesozoicos de reducido espesor. Está limitada al norte por la falla Calabalumba, al sur por la falla San Jerónimo y al este por la falla sierra Chica.

Macizo del cerro Uritorco: Esta unidad, como en el caso anterior, fue parte integrante de un bloque único, correspondiente a la sierra Chica, la que posteriormente fue sobreelevada y fragmentada en forma diferencial. El relieve presenta marcadas evidencias de interrupciones y rejuvenecimiento del ciclo fluvial, marcado en sentido transversal por un primer escalón formado en su parte cumbral el que muestra un paisaje con los rasgos iniciales de una antigua peneplanicie, Escalón sierra de Cunuputo: Se trata de una unidad morfoestructural positiva; corresponde al borde oriental de los escalones tectónicos que forman el sistema de las sierras Grandes, limitada por el este por una escarpa erosiva, que la separa de las depresiones de Dolores y Charbonier.
El principal resultado como respuesta a la orogenia regional, es el desplazamiento vertical del bloque de Cunuputo, con su máximo alzamiento en el extremo sur (cerro Pencales de 1300 m), y con un leve hundimiento hacia el norte que se manifiesta por su pendiente regional, hasta desaparecer a la altura del Escobas.
Presenta la particularidad de estar separada en dos tramos por el valle transversal del río Dolores, conservando una línea de cumbre regular, la que todavía mantiene las características iniciales de la peneplanicie.

Alto estructural Santa Cecilia: Es un alto estructural ubicado al sur del río San Jerónimo, el que hace las veces de divisoria de aguas, que separa a las depresiones de Dolores al norte de la de Punilla por el sur.

Levantamiento de la cubierta mesozoica Morfoestructura Pajarillo-Copacabana: Esta unidad morfoestructural está formada por las sierra de Pajarillo-Copacabana, localizada entre la falla de Los Terrones por el sur que la separa del macizo del cerro Uritorco, al oeste limita con la falla de Pajarillo-Copacabana cuya traza la separa de la depresión de Charbonier, continuándose hacia el norte fuera del área de estudio. Desde el punto de vista morfosedimentario está caracterizada por la presencia de las sedimentitas de edad cretácica, las que adoptan en su conjunto una estructura homoclinal, por basculamiento al este.
Los procesos erosivos han dado lugar a superficies estructurales subhorizontales controladas por la estructura sedimentaria, dando lugar a formas escalonadas, cortadas por profundos valles, en los que sobresalen remanentes de erosión diferencial debido a la heterogeneidad de los sedimentos que lo componen. Entre las geoformas más comunes se encuentran pilares y mesas, las que se hallan bien identificadas en el Parque Turístico Los Terrones.

Cuencas intermontanas
Pertenecen al grupo de cuencas de rumbo submeridional, las que se hallan rodeadas por áreas del basamento cristalino y cretácicas sobreelevadas, estando representadas por la depresión tectónica de Dolores al sur y la de Charbonier al norte, ambas separadas por el macizo del cerro Uritorco.
Se comportan como cuencas intermontanas, que responden a una antigua estructura del basamento cristalino, vinculada a la tectónica terciaria y reactivada durante el Cuaternario. A continuación se describirán las características de cada depresión:

Depresión de Dolores: Corresponde a una cubeta de acumulación o depresión tectónica rellenada por sedimentos terciarios y cuaternarios, delimitada por la sierra Chica al este y la sierra de Cunuputo al oeste. Se trata de una depresión asimétrica con el eje de menor altura situado al poniente próximo a la sierra de Cunuputo, que se extiende en sentido longitudinal según un eje norte-sur que une el alto estructural de Santa Cecilia por el sur con el macizo del cerro Uritorco al norte.
Muestra una gran diversidad y complejidad morfológica en las formas aluviales pedemontanas como respuesta principalmente a los movimientos tectónicos cenozoicos y a los cambios climáticos cuaternarios.
Los abanicos aluviales desarrollan largas superficies con suave y progresiva inclinación al oeste (bajadas), adosadas al frente serrano.

Depresión de Charbonier: Como en el caso anterior se trata de una depresión tectónica, asimétrica, elongada en sentido noroeste-sudeste y limitada hacia oriente por la falla cuya traza pasa por el pie de las sierras de Pajarillo-Copacabana mientras que a occidente limita con el resalto tectónico de la sierra de Cunuputo. El límite sur coincide con la falla de Los Terrones que la separa del macizo del cerro Uritorco y por el norte se halla separada de la cuenca saliniana por una estructura de bloques subaflorantes del basamento cristalino.
La secuencia sedimentaria que colmató la cuenca es de poco espesor y su sedimentación se inició en el Terciario superior prolongándose tentativamente hasta el Pleistoceno superior. Estos depósitos están representados geomorfológicamente por una sucesión de abanicos aluviales coalescentes en su parte distal; este plano de acarreo asciende con suave pendiente desde el fondo de la depresión ubicado en el sector occidental hasta el pie de la sierra de Pajarillo-Copacabana.



Evolución morfoestructural

De acuerdo a la información litológica, geomorfológica y estructural de la comarca la evolución en el Terciario superior (Plioceno?), reactivó la estructura tardío varíscica mediante movimientos andinos de carácter compresivo, fase principal del III movimiento andino. En esta fase las fallas de desplazamiento normal durante el Cretácico son invertidas como fallas inversas según Gross (1948), produciendo el ascenso en un solo bloque de las sierras Chica y de Pajarillo-Copacabana y la formación de una cuenca de rumbo submeridional ubicada al este, denominada como fosa oriental por Gross (1948). Esta cuenca se extiende al norte y al sur traspasando los límites del área de estudio.
Este ascenso de la montaña, trajo aparejado la acumulación rápida de nuevo material de acarreo que queda expresada por la sedimentación correlativa de la Aloformación Charbonier (= primer nivel de piedemonte), representada morfológicamente por una bajada aluvional a lo largo del frente serrano de la sierra Chica y de Pajarillo-Copacabana lo que indica que hasta el presente no tenía identidad propia el macizo del cerro Uritorco



Hacia principios del Pleistoceno, la tendencia general del movimiento se manifestó con un nuevo ascenso, que comenzó según Lencinas y Timonieri (1968) al norte del sector serrano, a la altura de Capilla del Monte, en bloques aislados y un descenso del fondo de la cuenca. Durante este movimiento es posible que se produzca la dislocación del frente serrano debido a la reactivación de las fallas longitudinales y oblicuas, en especial las de Calabalumba y Los Terrones, manifestado por la dislocación de los depósitos de la Aloformación Charbonier, confiriéndole identidad propia al pilar tectónico del cerro Uritorco (Massabie 1976). Con este ascenso de los bloques se alteraron las condiciones del relieve, avenamiento y por lo tanto las condiciones de sedimentación, originándose de esta manera los valles y las sierras actuales, dando lugar a la actual configuración del relieve positivo de la sierra Chica y de la Pajarillo-Copacabana y de las depresiones de Dolores y Charbonier.

Un nuevo ascenso del área serrana está evidenciado por la dislocación de la superficie de erosión, originándose un escalón morfotectónico marginal a la escarpa de falla principal y la profundización de los valles transversales. En forma simultánea, el producto de la erosión fluvial del área serrana era depositado en el piedemonte, dando lugar al desarrollo a un nuevo ciclo de agradación fluvial (= tercer nivel de piedemonte). Los depósitos resultantes de este nuevo ciclo están manifestados morfológicamente por abanicos aluviales, constituidos por los canales de desagües de los ríos y arroyos que descienden del sector serrano. Estos depósitos se corresponden con los sedimentos de la Aloformación Las Gemelas en la depresión de Dolores y de la Aloformación Las Lajas en la depresión de Charbonier.
Al finalizar el ciclo de agradación pedemontana y durante un período de calma tectónica e incremento en las condiciones de aridez, manifestado por la presencia de material calcáreo en forma de lentes o nódulos en el techo de la Aloformación Las Gemelas y Las Lajas, se desarrolla un nuevo episodio de erosión en el piedemonte, evidenciado por una plano erosivo (pedimento?) que bisela la superficie tope de estas unidades.
Un nuevo período de inestabilidad tectónica, se ve reflejado por la elaboración de niveles de terrazas aluviales antiguas asociadas a una red de drenaje hoy no funcional en los valles de los ríos principales que descienden del sector serrano.

Los depósitos que cubren a estos niveles se corresponden con las unidades Aloestratigráficas San Jerónimo y Arroyo Cortadera, correspondiente al último ciclo de agradación fluvial pedemontano pleistoceno.
El Pleistoceno superior-Holoceno se ve representado por la presencia de los depósitos correspondiente a la Aloformación Valeta Chico, la que marca un período de aridización climática, dando lugar a un ciclo de agradación alternante fluvio-eólica. La evolución del sector pedemontano concluye con una acentuación en las condiciones de aridez climática y breves interrupciones de la estabilidad tectónica, donde los ríos y arroyos comenzaron a disectar sus propios depósitos dando lugar a la formación de los distintos niveles de terrazas recientes, ubicadas en un nivel inferior con respecto a las anteriores. Los depósitos que tapizan a estas terrazas son en su mayor parte de carácter torrencial.